domingo, 3 de octubre de 2010

La mesa está servida



El hecho sucedió hace poco tiempo en casa de mis Abuelos, ellos ansiaban festejar el cumpleaños de su nieto mayor.
Era una celebración especial, por lo cual con esmero prepararon la comida y tendieron la mesa con lo mejor que poseían: piezas antiguas que quedaron con el paso del tiempo y que significaban recuerdos de momentos vividos con los que ya no están o viven lejos. Los guardaban para grandes ocasiones, ésta era una de ellas.
Como los invitados eran muchos la vajilla no alcanzaba, pero querían lucir con orgullo lo que era parte de su historia.
Aunque no eran del mismo estilo tendieron la mesa disponiendo todo de la mejor manera posible utilizando platos fileteados con hilos dorados, otros con flores o simplemente lisos, copas de cristal y vasos de vidrio.
Los invitados llegamos alegres, cargados de regalos y con apetito.
Nos sentamos a la mesa casi sin mirar la diversidad de la decoración, eso le dio tranquilidad a los dueños de casa cuyo motivo principal era agasajar al nieto dilecto.
Sabíamos que la abuela aunque no era de lo mejor como cocinera, se esmeraría tratando de elaborar una comida deliciosa.
La reunión transcurría tranquila y alegre.
Se acercaba el momento del brindis y corte de la torta.
La abuela comenzó a retirar platos y cubiertos, uno de los invitados halagó su comida, ella giró el cuerpo graciosamente sin acordarse de su problema en las cervicales, fue en ese instante cuando la bandeja que portaba repleta con la hermosa vajilla se inclinó sin poder sujetarla.
Los invitados sorprendidos escuchamos un gran estruendo y vimos como terminaban en el suelo las apreciadas antigüedades.
Un profundo silencio acompañó el desastre, el abuelo calladamente barrió las partes y las amontonó en un rincón.
Los viejos tan queridos, con lágrimas en los ojos miraron a los invitados, el momento parecía interminable.
Ya recuperados, los abuelos esbozaron una sonrisa que contagió a todos, seguidamente estalló una carcajada que comenzó en los ancianos dueños de casa y de inmediato la siguieron todos.
Desde ese día mis abuelos decidieron atreverse a realizar algunos cambios: los recuerdos los guardarían en sus corazones y comprarían vajillas modernas.
La fiesta de cumpleaños fue inolvidable, quedó por siempre en la memoria de todos y así está contada.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Para más adelante


Los sueños se cumplen, aunque sea después de mucho tiempo.
Como todo lo que quiero hacer supera mis tiempos, pienso que el día que me muera voy a reencarnarme en una mujer con coraje, sin temor ni vergüenzas y me animaré a hacer muchas cosas que no hago o dejé de hacer por timidez.
Mientras tanto estoy aquí, dejando para después, cuando me “vaya y regrese”, lo que no hago ahora. Seré actriz, bailarina y escritora,
¿Por qué tan variadas mis aspiraciones?. Muy simple. Porque a medida que disminuyan las posibilidades de mi cuerpo me dedicaré a lo que me permita hacer cada etapa de mi futura vida, la reencarnada”.
Es posible que no demasiado tiempo pueda bailar y actuar, entonces escribiré; cuando mis ojos no vean más, grabaré mis relatos y cuando pierda la voz mi imaginación me llevaré adonde quiera estar.

martes, 14 de septiembre de 2010

Vida de perro

Vida de perro
Me llamaban Seigor, era completamente negro y peludo, como no me veían en la oscuridad de la noche, podía quedarme en algunos de esos lindos lugares que me eran prohibidos.
Fui bastante obediente, no siempre, claro.
A veces quería quedarme en la vereda y correr de esquina a esquina, pero no me dejaban, tampoco debía hacer mis necesidades frente a las casas de los vecinos, yo solo pretendía que supieran que aquel era mi territorio.
¡Cómo me gustaba estar debajo del perchero de la casa! desde allí podía verlos a todos, estaba calentito en invierno y fresco en verano, sólo me sacaban a escobazos, no porque me pegaran sino que me empujaban mientras yo me ponía bien pesado y no me podían mover. A veces les ganaba y de lástima o impotencia me dejaban.
Tenía la mala suerte que se me caía el pelo por más que me cepillaban y me cuidaban, eso los enojaba mucho, también el olor a perro, parecía que no sabían que mi aroma era natural ¡A veces los humanos son tan ignorantes!.
Me acostumbré a la fuerza a comer “eso” en trocitos duro y seco, no me quedaba otra elección, se les ocurrió no darme más la comida preparada y sabrosa sobre todo la carne. Pero siempre trataba de darles el gusto y comía lo que me daban.
Los últimos tiempos de mi vida fueron horribles, quedé ciego, me dolía todo el cuerpo, no me dejaban salir a la vereda, ni entrar a la casa por la caída de mis pelos, además hacía mis necesidades en cualquier lugar y eso los enfurecía como si tuviera culpa.
Muchas veces escuché _¡fuera Seigor!_ agachaba la cabeza y me iba a la cucha. Comprendía que algo estaba sucediendo conmigo.
Todo ese tiempo triste terminó, ahora estoy descansando, no tengo dolores y voy adonde quiero.
Creo que dejé un buen recuerdo perruno de mi paso por la tierra, como el que yo tengo de todos los que fueron…yo diría….. mi familia.
Puedo decir que viví muy contento.

domingo, 12 de septiembre de 2010




Yo, Bebé


Un 6 de septiembre del 2009, siendo más de las 9 de la mañana, llegó el momento de dejar aquel nidito tan confortable que era la panza de mi mamá.

Nacer no es fácil para nadie, pero había llegado el momento de mi nacimiento.

La que más trabajó fue mi mamá, al fin ¡Vine al mundo con toda felicidad!.

Inmediatamente me tuvo en sus brazos alguien que sería muy especial y tan imprescindible como mamá, alguien a quien amaría con todo mi corazón, era papá.

Cuando estaba en la panza yo podía comunicarme con ellos, daba pataditas y giraba para que supieran que estaba muy bien.

Después de nacer, estuve en brazos en cuna o en la cama.

¡Siento tanto placer cuando me tienen upa y me llenan de besos y mimos que son tan necesarios para mí! Parecen adivinos, entienden todo lo que quiero y necesito.

Aprendí cantidad cosas en menos de un año de vida que estoy seguro, ningún adulto podría hacerlo en tan poco tiempo.

Abrí mis ojos… comencé a escuchar sonidos desconocidos….me vestían y desvestían… me higienizaban.. un montón de cosas que antes no eran necesario, todo me lo brindaba mi mamá.

Me fui acostumbrando a otras voces, aprendí a succionar, bueno, lo hacía desde el vientre de mamá pero después fue distinto. Me di cuenta que aquello me servía para no tener esa extraña sensación de hambre que desconocía.

Comencé a saber lo que era a sentir extrañas molestias en mi pancita, enseguida me daban algo que me quitaba esos dolorcitosLas noches no me gustaban mucho, había oscuridad y silencio, yo lloraba, era el único modo de decirles que estaba allí, me alimentaban y después me dormía otra vez.

El tiempo pasa aceleradamente, después aprendí a mirar mi mundo desde la posición de sentado, todo un logro, a veces con ayuda de almohadones y me rodeaban de juguetes que yo llevaba a la boca, y lo sigo haciendo, para sentirlos y saber cómo son.

Puedo emitir sonidos que les encanta a los que me escuchan, con facilidad digo ma ma ma pa pa pa ajjj, brrrrr…. sonrío y me río cuando algo o alguien me gusta o me divierte. También doy besitos, a mi manera, claro, muevo mis manitos y hasta puedo saludar.

Soy una personita que crece y crece muy feliz y amado por todos.

Ahora puedo pararme, no solo todavía, sino con ayuda, pero me mantengo de pie, erguido y contento mirando lo que me rodea, todo me divierte ¡hay tantas cosas para ver y tocar!

También puedo dar pasitos, es bastante complicado eso de adelantar un pie y después el otro para avanzar, pero lo hago, me faltan 20 día para tener un año. Y para entonces quiero caminar solo.

Es difícil esto de tener once meses y estar en un mundo tan grande, conocerlo y adaptarme a él.

Además debo conformarme con todo ese tiempo en el que no estoy con mis grandes amores que son mi mamá y mi papá, ellos tienen que trabajar, pero por suerte estoy al cuidado de mis abuelos y bisabuelos. ¡Me aman tanto! sé que estoy protegido y que mis padres, ansiosos, me vienen a buscar porque tienen tantas ganas como yo de tenerme en sus brazos.

¡No veo la hora que llegue el momento de saber hablar!

¡Tengo tanto por decir!







miércoles, 11 de agosto de 2010

La manía de imaginar




Hacía mucho frío esta mañana. En el Banco no, la calefacción me protegía del mal tiempo. Esperaba la llamada del cajero para realizar el trámite que debía hacer.

Estaba aburrida y cansada. Miraba distraídamente buscando algo que me entretuviera. No había ninguna persona conocida para entablar una superficial conversación como suele sucederme en esas circunstancias. Lo único que podía hacer era mirar. Entonces encontré alguien que me llamó la atención:

Un hombre como de setenta años con una cantidad de cabellos asombrosa, disimuladamente lo miré para ver si eran de él o una peluca. ¡Eran de él!, blancos, enrulados, estaba totalmente despeinado. Parecía más alto es “pura cabeza”_pensé

Después me dediqué a observar su rostro.

Y comencé a imaginar….seguramente tenía mucho sueño, sus ojos estaban entrecerrados y la boca entreabierta. Debió acostarse muy tarde mirando una película de los años 60 que le trajeron recuerdos de su juventud.

Después no pudo conciliar el sueño pensando que al día siguiente inevitablemente tenía que ir al Banco, era día 10, último día de pago.

Lo miré bien. Con mis anteojos de sol nadie podía darse cuenta que lo estaba observando. Estaba sucio, desagradable, descuidado._ pero cumplidor con sus obligaciones_ pensé. Ya le tocaba el turno, no hacía ningún gesto preparándose, caminó hacia la ventanilla, metió su mano en el bolsillo, sacó papeles y dinero, esperó que el cajero realizara la operación, guardó los comprobantes de pago y se retiró sin terminar de abrir los ojos. Aún no estaba totalmente despierto, esa era mi impresión. Cuando se iba lo miré bien, no era feo, solamente sucio, desagradable, parecía no haberse higienizado ni desayunado esa mañana.

¡Qué importante que es el aseo!.

Ya tenía ideas para seguir imaginando y acortando el tiempo mientras esperaba mi turno.





sábado, 31 de julio de 2010

La visita



Hay cosas que nos pasan solo a las mujeres, creo. Somos dramáticas. Unas más que otras pero dramáticas al fin.

Les cuento algo trágico que me sucedió.

Era la mañana del día previo a la visita de una amiga muy querida que hacía veinte años no la veía por circunstancias de la vida. Estaría de paso por la ciudad solamente dos horas y media.

Mi ansiedad era tal que no podía parar de hacer cosas: limpié la casa hasta el último rincón, lustré muebles y bronces, limpié vidrios y techos, lavé cortinas, llené de flores las macetas…. como si mi amiga fuera a mirar el orden de mi hogar, ¡ha! también bañé y perfumé al pobre perro. Una locura. ¡Nunca trabajé tanto!

Pero lo más terrible fue la Tarta de manzanas. Pretendí hacer una masa con un relleno que superara cuanta tarta existe. Fue un desastre, no la pude desmoldar, cortarla fue imposible ya que se transformó en un horrible puré de manzanas.

Estaba desesperada, el pastel no tenía arreglo y no tenía otra merienda con qué convidar a mi amiga de tantos años.

Estaba angustiada, casi lloré, me quería morir, pero no sé si fueron nervios o qué, cuando me di cuenta de lo que me pasó, reí con ganas pensando que seguramente nos moriríamos de risa cuando le contara a mi amiga lo sucedido.

Así fue, le confesé mi tragedia, nos reímos como niñas, tal como cuando veíamos películas cómicas.
Llegó el atardecer y nosotros sólo hablábamos y hablábamos, reíamos y llorábamos. Nos olvidamos de merendar.
Nuestra eterna juventud y amistad estaban intactas a pesar del tiempo.
Es que la verdadera amistad es para toda la vida.

lunes, 26 de julio de 2010

Historia del Osito Gordi

Historia del Osito Gordi

Había una vez un osito que le decían Gordi, vivía en la repisa de juguetes de su dueña, una nena llamada Delfina.

Un día sucedió una tragedia: osito Gordi jugando perdió un ojito, desde entonces Delfina prefirió a otros juguetes y no a él.

Gordi desde su lugar, triste y abandonado pensaba: “ ya sé que me falta un ojo que era azul y gracioso, pero eso no quita que pueda entretener a mi amiguita”.

Hacía tiempo que nadie jugaba con el pobre osito, es por eso que con mucha razón estaba aburrido de ver siempre lo mismo: el techo de la habitación.

Cierto día, cuando se dio cuenta que podía hacer muchas cosas si se lo proponía, tomó una decisión.

Como tenía buenas piernas se puso a bailar ¡lo hacía de lo mejor! Pero nadie lo miró.

También cantaba muy bien, entonces se puso a cantar. Nadie lo escuchó.

Además era capaz de saltar hasta casi volar. Saltó. Nadie ni un vistazo le dio.

Desconsolado, decidió solo mirar cómo jugaban los demás y pasar el tiempo aburrido, sentado en un rincón de la repisa.

Un día sucedió un hecho inolvidable y afortunado para Gordi.

El dueño de casa se puso a pintar las paredes con tan mala suerte para él, que cuando estaba en lo alto de la escalera, el tarro de pintura de color azul se enganchó en la manga de la camisa, la pintura se derramó de una manera tan sorprendente que te aseguro, no es un invento, al osito solo le pintó una partecita de su cara, justamente donde le faltaba el ojo.

Y allí quedó el color. Te parecerá extraño pero desde entonces es el oso más feliz que puedas imaginar porque otra vez osito Gordi lucía sus ojos redondos y brillantes, también se tornó tibio y cariñoso para calentar la cama de su amiguita cuando por las noches dormía abrazada a su juguete.

Si tienes un osito y lo miras bien, seguro verás que un ojo te va a guiñar, si con él te pones a jugar.

domingo, 4 de julio de 2010

Un cuento de terror

Arrepentimiento

En los escalones de la Iglesia había una mujer vestida con harapos, apoyaba su cabeza contra la pared como si no pudiera mantenerla erguida. No pedía, no imploraba, solo miraba sin ver a los que pasábamos por la cuadra.

Se acercó un niño que compadecido le arrojó un par de monedas, escuché que sonaron casi musicalmente contra una lata que estaba a su lado. La pobre mujer levantó la cabeza, casi una sonrisa se dibujó en su rostro sin mirar al benefactor. Solo miró las monedas.

Cerró el cacharro, lentamente se levantó, metió la mano en el bolsillo, sacó un puñado de dinero, lo guardó delicadamente en la misma lata; la levantó cuidadosamente manteniéndola contra su pecho como un tesoro.

Caminó horas, por fin llegó al lugar que buscaba y a la vez parecía temer. Posiblemente le traía recuerdos que la angustiaban.

Tiempo después gente del lugar contó que vieron a una mujer harapienta haciendo un hueco con sus manos con extraña energía al lado de una sepultura, que lo cubrió con la misma tierra apisonándola, luego, con las manos vacías y una mueca que parecía expresar alivio, se alejó.

Arrepentimiento? Consuelo? Nadie lo sabe.

Nunca se pudo comprobar el robo y el crimen, pero aquella asesina no encontró nunca paz.

sábado, 5 de junio de 2010

Evocaciones






Los olores me traen recuerdos y me transportan a tiempos vividos. Eso me pasa a mí.
Era un hermoso atardecer, caminaba por la vereda angosta que lleva a mi casa. Pasaba por una casa sin jardín y con la ventana abierta, yo pensaba… “qué preparo para la cena?
Entonces me asusté y cuento por qué: Inmediatamente retrocedí en el tiempo…con un aroma a Potaje... ¿No sabes lo que es el potaje?, es una comida riquísima que hacia mi abuela con garbanzos verduras y no sé qué más (no soy buena cocinera).
Siempre con los aromas puedo cerrar los ojos y al oler “ver y sentir”:
El perfume a flores de la ropa de mi mamá, era delicioso.
La crema que usaba mi abuela en su rostro. Fuerte, no me gustaba, de lejos sabía que estaba poniéndose crema.
El olor a humedad de la pieza del fondo, allí guardaban lo que llamaban “cachivaches”, era emocionante estar ahí.
El frito de los Pestiños, yo comía muchos y me caían mal.
El olor del puchero de gallina ajjj!...nunca comí gallina. Encima la degollaban en el patio a la pobre.
El habano del abuelo, fumaba, leía y conversaba “cosas de grandes”, yo me aburría porque no entendía.
Y así tantos episodios que los respiro como aquel olor a cera en los pisos de madera.
Y aquí paro porque si a alguien se le ocurre leer esto va a pensar que mi cabeza no funciona bien. Perdón, son los recuerdos, creo que no debemos olvidar nuestra infancia y juventud buena o no tanto, pero nuestra.

viernes, 28 de mayo de 2010

¡Feliz día Señorita!

28 DE MAYO - Día de la Maestra Jardinera

y Día de los Jardines de Infantes

Dos deditos alcanzaban para decir mi edad cuando por primera vez me llevaron a Jardín de Infantes.

Ahora tengo tres. Todavía no sé cómo expresarme, pero si pudiera saberlo, te diría:

Señorita, soy muy feliz en mi Jardincito.

Me enseñas a soñar, volar, pensar, a querernos y a muchas cosas más.

Siembras semillitas de amor que harán de mí una persona única, y maravillosa.

Sabes despertar mi curiosidad con tus narraciones y explicaciones.

Mis dibujos, bailes, cantos y mis logros de cada día, te fascinan.

Eres tierna, amorosa y capaz de llorar en mis momentos difíciles, me enseñas tantas cosas, que seguramente serán imborrables.

Por esa razón desde el fondo de mi corazón te digo que tienes todo mi cariño no sólo hoy que es tu día sino todos los días del año. Eres muy importante en mi vida.

¡FELIZ DÍA DE LA MAESTRA JARDINERA!

martes, 18 de mayo de 2010

Y el día oscureció

Era triste el caminar de aquella mujer que hoy pasó por mi casa, pintó de gris la mañana que comenzó brillando.


Su rostro increíblemente pálido no expresaba nada, sus ojos parecían mirar sin ver, su boca apretada en un rictus amargo, la espalda encorvada, auque era muy joven. Debió ser hermosa, lo vi en sus cabellos, cuando la brisa movía sus rizos que al revés de su imagen, parecían moverse alegremente.


Así, vestida casi con harapos, un bolso colgando de su hombro y un niño a cuestas que la hacía torcer como un árbol vencido por el viento, caminaba lentamente.


Pensé que el hambre la hacía sufrir.


Me compadecí ofreciéndole comida, trabajo o algo de dinero.


Ella reaccionó ofendida, me respondió con un insulto y un “¿Y a usted qué le importa?”


La mujercita con su niño estaba equivocada, sí que me importaba y mucho.


Entonces fui yo la que quedé terriblemente triste.


lunes, 10 de mayo de 2010

Respetar “la cola”


(Experiencia verdadera)

La señora ama de casa fue al Banco porque debía pagar los impuestos. Como corresponde se colocó en “la cola”, nosotros usamos el término “hacer cola” al hacer una fila (ridículo, horas para pagar impuestos).

Silenciosamente, con su bolsa de compras y algo despeinada porque había mucho viento en la ciudad, se colocó al final de la fila.

Hay tantas colas como características que muestran un abanico de conductas.

Se puede observar miradas vagas, generalmente rostros serios, jóvenes y viejos, se sienten olores provenientes de los que realizan trabajos con esfuerzo, perfumes fuertes, aroma a jabón, se adivinan dolores de pies o de piernas con movimientos de balanceo, hay niños que se duermen en los brazos de sus cansadas madres, niños que corretean tocando todo lo que no deben tocar, jóvenes que aprovechan el tiempo para leer, etc. una infinidad de actos que no terminaría de contar.

Aquel día, cinco del mes de mayo, nadie hablaba, era una “cola silenciosa”, solo se escuchaba de vez en cuando un “buenos días” que era apenas respondido por alguien con una respuesta malhumorada: “buenos días.

Los cajeros sin apresuramiento atendían a los cansados integrantes de la formación en espera de ser atendidos.

Aquella fila se fue conformando calladamente. Suelen ser entretenidas cuando son formadas, siempre casualmente, por personas dispuestas a pasar un buen rato, como jubilados que como no tienen demasiado por hacer y emplean ese tiempo para relacionarse con otras personas, pero para muchos es una tortura, una pérdida de tiempo.

Aquel día, el grupo de personas, una atrás de la otra, miraban sin ver hacia cualquier lado, resignados, mudos, inmersos en vaya a saber qué pensamientos.

Casi al mediodía, hora pico, se acercó un señor muy elegante y apresurado, evadió la fila y pasó directamente a ventanilla aduciendo un no sé qué…. de urgencia.

Fue como una explosión, aquellos que parecían adormecidos despertaron protestando en voz alta, indignados, cambiaron totalmente su comportamiento, casi gritando le dijeron al distinguido señor que debía ponerse en la fila como todos, esperar su turno y otros improperios…..

El refinado señor pretendió no escuchar y siguió adelantándose sin tener ningún respeto hacia los que hacían la fila.

Fue entonces cuando los que mansamente esperaban callados en la cola se unieron inmediatamente ante la injusticia. Protestaron, gritaron, insultaron con indignación, no escuchaban las excusas que pretendía dar el cliente. Fue una explosión de emociones contenidas.

El elegante caballero giró sobre sus talones y se retiró del Banco sin realizar su trámite .

La cola, a partir del incidente dejó de ser silenciosa, con cierta satisfacción se pusieron a conversar amigablemente.

Supieron defenderse y reaccionar unidos, triunfaron esta vez ante la arrogancia y la falta de respeto.

martes, 4 de mayo de 2010

Volar


Hay menos luz solar, las hojas se caen para volver renovadas en primavera.


Es maravilloso caminar sobre ellas, son como pedacitos de papel dibujados con distintos tonos, ellas crujen, parecen reír, no se enojan porque las pisamos, al contrario se alegran de ser motivo de juegos.


Hace muchísimos años, cuando la cama no existía eran las hojas las que servían de lecho, eran ellas las que daban calor y las que ayudaban a encender el fuego.


Hoy nos empeñamos en barrerlas, escoba va, escoba viene, todas barremos a las indefensas hojas y las amontonamos. Las que tienen suerte son abono de plantas, otras son quemadas, otras quedan escondidas en algún cantero esperando no ser vistas.


Las de mi árbol retozan esperando ser transportadas por el viento para volar hacia donde él las lleve.


¡Quien pudiera ser tan libre, amarilla, parda o roja soplada por el viento y volar solo volar!


Foto By Tito

martes, 20 de abril de 2010

Invasión

Entró el malvado sin saber cómo, cuándo ni por qué.
Invadiendo sin piedad, en la oscuridad.
Comenzó inmediatamente con su misión destructiva.
Ella yacía en la cama padeciendo las maldades del intruso.
Su padecer se reflejaba en su rostro: color ceniciento,
ojos entre cerrados, cabello pringado.
Entregada al maldito que le quitaba toda voluntad.
Fue entonces cuando comenzaron un ataque por todos los flancos.
Siete largos días pasaron, la estrategia dio resultado.
El médico destruyó definitivamente al maldito microbio.
Hay millones por el mundo pero ése que le hizo padecer gripe,
¡Ya no vive más!

lunes, 19 de abril de 2010

La Farolera-Ronda. Reflexiones

A continuación una de las rondas que cantabamos las niñas:
La farolera tropezó, por la calle se cayó,
al pasar por un cuartel se enamoró de un Coronel.
Abran las barreras para que pase la farolera
Que dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho
y ocho dieciséis; ocho veinticuatro y ocho treinta y dos.
Ánima bendita me arrodillo en vos.
Yo también la cantaba por eso me puse a pensar en la farolera.
Supongo que debe haber sido una hermosa mujer, con una alegría que contagiaba hasta al más serio de los pobladores.
Nadie sabía su nombre, simplemente la llamaban La Farolera.
Me pregunto si vendía fafoles, no lo creo, nunca los ofreció. Pudo haberse dedicado a limpiar los faroles de la época mm.....no tenía aspecto de trabajadora.
Dice la canción que un día tropezó en la calle, debe haber estado bailando y saltando como acostumbraba cuando escuchaba música.
Un día pasó por un cuartel, donde los soldados cumplían con su fajina.
En ese momento salía el Coronel y quedó prendado de ella.
A la Farolera se le paralizó el corazón de emoción al ver semejante hombre contemplándola y se enamoró perdidamente.
Cada vez que llegaba al cuartel alzaban las barreras sin preguntas indiscretas.
Su relación con el Coronel fue apasionada y recordada por años y años por todas las niñas que cantábamos la ronda.
Pero...¿qué cuentan después cuando dicen que dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis seis y dos son ocho , ocho y ocho dieciséis...Etc.
Acaso la famosa farolera no le fue fiel al Coronel?.
Qué falta habrá cometido para tener la necesidad de arrodillarse ante un Ánima Bendita?

domingo, 18 de abril de 2010

martes, 13 de abril de 2010

Consecuencias de la curiosidad

Soy elegante, erguido, con una leve inclinación por la comodidad, poseo dientes fuertes y grandes, me consideran necesario, útil, capaz, generalmente estoy limpio y mi brillo es natural.
Siempre estoy quieto, no me muevo por sí solo, estoy tranquilo en mi lugar, hasta que me hacen trabajar.
Desde hace un tiempo me sentía especialmente observado por alguien que por más que se exigía no lograba acercarse a mí.
Un desafortunado día, aquel que no me quitaba los ojos de encima, me tomó con fuerza e inmediatamente me introdujo en una cavidad.
No fue mi intención, se los aseguro, pero mis dientes que son tan prominentes pincharon el delicado costado.
Escuché un terrible grito de dolor, es que la curiosidad a veces hace daño, se armó un gran caos, todos los habitantes de la casa corrieron, rodearon al curioso, fui arrojado e insultado como si fuera mi culpa.

Señores: si hay algún culpable ese no soy yo, nada podía hacer, soy simplemente un utensilio, soy un TENEDOR.

Foto by Nelly



sábado, 3 de abril de 2010

CHAPOTEANDO


Pies descalzos, zapatillas rotas, el viejo cajón era un auto, una moto o una casita, la muñeca rota un bebé para acunar.
Así jugaban, con todo que poseían, disfrutaban de cada cosa porque representaban objetos y lugares soñados.
El día oscureció, no corrieron a resguardarse, no sabían de alertas meteorológicos que anunciaban tormentas o caída de granizo.
Solamente se inquietaban ante la oscuridad que se avecinaba.
Comenzó a llover, abandonaron todo lo que hasta ese momento les divertía.
Entonces, la lluvia, los charcos y el barro les dio nuevas energías, inventaron un sinfín de juegos, retozaban felices entre risas y volteretas.
La lluvia agradecida, golpeaba suavemente sus rostros risueños y sus cuerpos con escasa ropa, mientras, los niños no cesaban de crear juegos que se renovaban a cada instante.
Después, los nubarrones se alejaron, otra vez el cielo se vio celeste, el sol comenzó a brillar y dejaron de chapotear.
El juego terminó, las caritas quedaron limpias de tanta agua y los pies negros de barro.
Volvieron a su mundo de objetos inventados creando otra vez, con sus cosas, nuevas emociones.

viernes, 2 de abril de 2010

Día de lluvvia




El campo y la ciudad contentos,
Llueve…. son gotas que caen suavemente.
Mojan, divierten, riegan.
Yo las miro…. caen mansamente
Y de repente, se produce un chaparrón
Que paraliza el corazón.
Foto By Lu3hr (Tito)

jueves, 1 de abril de 2010

PERMANECER


Homenaje al eucalipto de nuestro patio (foto por Nelly)

Permanecer
¡Si me hubieran visto antes! ya no soy el que era, orgulloso, útil, medía veinticuatro metros! Pero ahora, como pueden apreciar en la foto, estoy triste, mutilado y mucho más pequeño. Gran culpa la tiene el viento.
Alguna vez fui un árbol joven, mi tronco era recto, la corteza gruesa y rugosa, las personas admiraban la
frondosa copa que mostraba con orgullo mis tallos, mis ramas mis hojas alargadas como medialunas que colgaban de mí.

Aún sigo necesitando como antes dos personas para abrazarme.
Ya tengo 102 años, pero mantengo mis brazos como siempre, extendidos hacia el cielo. Con ellos no pudieron.
Ah! me olvidaba de decirles, soy un eucalipto, vivo en el patio de atrás de la casa que considero mi hogar y ahora, no mido más de diez metros.
He tenido una buena vida no me puedo quejar, siempre mirando hacia el techo del TALLER. Allí alguna vez, me sembraron y crecí, por eso, más allá de lo que me hicieron las personas, no les guardo rencor tengo en mi memoria infinitas historias. Contribuí a alegrías de la familia y amigos, cuántas reuniones, lecturas y asados bajo mi sombra. Seguramente me consideraban indispensable por eso me cuidaban.
Un día sucedió algo terrible, yo no tuve la culpa, sopló un fuerte viento, no pude con tanto movimiento sostener mi follaje y se quebró una rama muy gruesa que cayó aplastando parte del techado. Allí empezó mi calvario, sentí que no me querían más, nadie se sentaba bajo mi sombra ¡me tenían miedo!
Pasó un tiempo y tomaron una decisión: secar mis raíces para voltearme, trozar mis partes y eliminarme.
Lo primero lo lograron, mi follaje se secó y me fui descascarando.
Pero no pudieron con la mayor parte de mí, permanecí de pie porque crecí con una poderosa raíz y no pudieron voltearme.
Sigo con mis brazos hacia el cielo, desnudos pero fuertes, clavan sobre mi tronco lo que se les ocurre pero no me molesta, seguiré escuchando el trinar de los pájaros, agradecido porque me permiten permanecer.
Ya no me temen, al contrario, respetan mi fortaleza.

sábado, 27 de marzo de 2010

Mi nieto más pequeño


Es un sol, es el día y la noche, es toda la hermosura del espacio, es mi nieto más pequeño.
Chiquito, perfecto, sintiendo seguramente que está y lo estará siempre muy bien cuidado y protegido.
La vida me depara esas cosas, a veces no le encuentro sentido, de pronto es como si lo que veía negro se transforma en alegrías.
Este criaturita que va a ser un hermoso hombre, una bella persona, tendrá siempre su corazón en paz, repleto de amor hacia sus padres, su familia, hacia todo el mundo.
Ya vendrá el tiempo de sus primeras sonrisas, sus dientecitos como perlas, sus primeras palabras, sus pasitos vacilantes y seguros después………todo lo demás; por ahora tiene los brazos y abrazos de sus padres y de todos los que tenemos la dicha de sostenerlo, no necesita nada más.
Tiene por delante una vida que seguramente será completamente bella.
“Soy tu abuela, te quiero mucho, ya me reconocerás y escucharás, te voy a cuidar, te voy a contar cuentos, te voy a hablar del mundo, te voy a amar todo lo más que pueda.”!
Seguramente alguien Superior nos va a ayudar a protegerte, para que nada malo te pase nunca.

viernes, 26 de marzo de 2010

La verdadera historia de la gallina Turuleca


Aquella gallina que llamaban Turuleca, la tenían por loca porque ponía huevos en cualquier lugar de la casa o en el corral, nunca en el mismo lugar.
Lejos estaba de ser loca, al contrario era vivaz e inteligente.
Les cuento la historia que ella misma una madrugada me contó, mirándome con sus redondos ojos de iris color miel:
En el fondo de una vieja casona había un gallinero amplio y soleado,
lo habitaba un gallo madrugador que cantaba todo el día y 8 gallinas. Vivían en perfecta armonía.
Un día apareció no se sabe de donde una gallina, la pobre era tan flaca que parecía una sardina en lata, tenía las patas chuecas y finitas como alambre, además se le caían las plumas y el pico estaba encorvado. Daba lástima verla, para colmo, las gallinas compañeras del gallinero caminaban, corrían, picoteaban se daban baños de sol y burlándose de ella la llamaban despectivamente Turuleca.
¡ Vaya tarea que tuvo el dueño del gallinero! se propuso engordar a la pobre gallina.
Así lo hizo, la gallina comía, crecía y se iba transformando. A los pocos días Turuleca iba hechando cuerpo, sus plumas crecían, simpáticos lunares negros decoraban su lomo, sus patas engordaron y se lucía caminando y desplegando sus alas con gracia muy particular, ya no era la sumisa y esquelética gallina que una vez fue.
Comenzó una nueva vida, le gustaba la libertad, escarbar buscando bichitos a su antojo, además era bastante enamoradiza hasta que el gallo del gallinero le robó el corazón. Se propuso conquistarlo y poco a poco, tratando de dormir toda la noche a su lado, lo logró.
El gallo la descubrió y no se separó más de ella, quedó prendado de la ya famosa Turuleca
Entre tanto Cocorocó y kikirikí el gallo le daba solo a Turuleca las más ricas lombricitas, la fecundó con toda felicidad y hasta se abstuvo de tener relación con otra gallina.
Ella, como toda mujer que va a dar a luz se tornó sensible, quería tener un nido cómodo, seguro, resguardado y ventilado para los pollitos que un día nacerían.
Por esa razón la gallina Turuleca no estaba loca.

Pensar en colores.



Juan vivía en el piso 24, había salido a correr como todas las mañanas, decidió no dar un paso más y subir a su departamento por el ascensor.
Cansado, apenas entró a aquel elevador de personas, que no era de su gusto, se sentó en un rincón e instaló cómodamente sus largas piernas. Había otras personas, imaginó que no lo miraban bien pero no le importó. Apoyó su cabeza sobre la mochila y cerrando los ojos se aisló de quienes lo rodeaban.
El ascensor subía y subía, el joven pretendía no pensar en sus problemas, quería tener su mente en blanco pero sin querer se sentía invadido de “negros y grises” mientras el ascensor seguía su largo ascenso, hasta que suavemente como entre algodones, se detuvo.
Se abrió la puerta, dio un paso y se encontró afuera.
Todo era blanco, blanquísimo. Juan se sentía como encerrado entre montañas y enormes piedras, había un profundo silencio pero no lo asustó. Se quedó quieto y absorto contemplando aquello que creía el infinito.
Desde el lugar más oscuro le pareció ver algo extraño, era una cabeza que emergía entre las piedras, despedía destellos de todos colores, vio unos ojos brillantes y una sonrisa llena de ternura que le ofrecía sin hablar, compañía y amistad.
_ ¿Quién eres?_ preguntó sin ningún temor.
_ Soy Yo_ respondió el ser extraño_
_ ¿Y quién es Yo?
_ Yo soy Vos, soy tu pensamiento y tus miedos.
_ ¿Y por qué esa sonrisa, si no nos conocemos, acaso me has visto antes?
_ Sí, tantas veces te veo triste, preocupado y no debe ser así, debes pintar tu alrededor con los colores que más te gusten. Esta es tu vida, no dejes que todo sea gris y negro.
¡Ilumínala y dale los colores que te dan placer! encontrarás soluciones y vencerás obstáculos.
Un golpe muy fuerte aturdió a Juan, abrió los ojos sorprendido.
Era el ascensor que llegó al piso 24.
Fue entonces cuando aquel muchachito cansado de piernas largas, despertó.

domingo, 14 de febrero de 2010

Festejemos el día




¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS !
En este día, viendo unidos y felices a los que nos rodean, vivamos con alegría la vida que nos toca vivir. Que no se rompan nuestras ilusiones. Dejemos a un lado rutina, tristeza y soledad. Seamos dichosos.
Y como hoy……. siempre. Se los deseo con mucho amor.

sábado, 13 de febrero de 2010

Escalera de madera


Era la escalera de mi casa. Ya no existe pero la recuerdo así:

Me enceraban lustraban o barnizaban.
Subían y bajaban corriendo o perezosamente.
Algunos se cansaban y rezongaban
mientras subían y bajaban.
Yo escuchaba lamentos y risas,
pero contenta porque nunca estaba sola.
Ya viejos mis escalones pensaba que algún día
mi vida terminaría cuando un edificio se construyó
y en trozos me convirtió.
Pero igualmente soy feliz porque seguramente,
con mi leña a alguien…. le di calor.

En la puerta del cielo


Una parte de mi historia hizo que escribiera lo siguiente. Es posible que alguien lo lea.

Se encuentran dos espíritus en el espacio infinito. La madre de él italiana la madre de ella descendiente de españoles.
Un ángel escuchó esta conversación:
Lola_ ¡Hola Berta por fin decidiste venir! ¿Tenías miedo o no te dejaban?
Berta_ Hola… estoy asustada. Me sucedían las dos cosas, sentía miedo porque de la muerte se habla poco además no me dejaban venir, me mantenían inyectándome vaya a saber qué y mi temor es porque todo esto es tan desconocido y misterioso.
Lola_ No temas. A todos les sucede lo mismo pero ya verás. Aquí todo es amor y estarás muy bien. Además últimamente estabas sufriendo mucho y no tenía sentido quedarte más tiempo.
Berta_ Tienes razón mi cuerpo ya ni se movía. Fueron ciento tres años de vida.
Lola_ Mucho menos que yo, no te quejes lo pasaste bien.
Berta_ No me quejo pero vos que me conoces sabes como es mi carácter de tana, siempre he sido trabajadora ama y señora de mi casa mientras que vos preferías estar emperifollada y cómoda.
Lola_ Es que a mí me gustaba la buena vida pero no discutamos, aquí todo es armonía aquella época pasó ahora gocemos de esta inmensidad.
¡Veo que tienes mi vestido estampado! era tan lindo casi no lo usé, me lo regaló mi hija.
Berta_ Lo sé. Fue ella quien decidió vestirme así porque seguramente pensó que con él me reconocerías.
Lola_ ¿Cómo no te voy a reconocer si fuimos amigas durante más de treinta años?
Berta_ Cierto, pero ahora soy una piltrafa.
Lola_ Yo también me veía así y eso que trataba de estar bien pero contra el deterioro físico del tiempo no se puede.
Berta_ ¿Qué hacemos los que estamos en el cielo?
Lola_ Estamos entre las nubes, miramos a los que existen, escuchamos sus peticiones ¡Hay tanta serenidad! Verás, nos hablan más que cuando estábamos con ellos. Algunos creen que podemos otorgar lo que desean pero no es así, nosotros solo podemos ser intermediarios ante Dios. Es Él quien decide.
Berta_ ¿Podremos ver a nuestras familias?
Lola_ ¡Claro! Se siente tal sensación cuando ellos son felices.
Berta_ ¿Me olvidarán?
Lola_ ¡Jamás! Te sentirás libre volando entre las nubes y sentirás que siempre estarás en sus corazones.
Berta_ Ahora estoy tranquila. No perdamos más tiempo ¡vamos!,
Lola__Comprenderás que placer es estar en el cielo… ¡Hay tanta Paz!
Ahora en mi blog. Escribir y leer con saludos y buenos deseos.
Lo que hacía en cuadernos ahora tal vez, lo haga en "Con los demás".
¡Felicidades a todo el mundo en el Día de Los Enamorados!