martes, 20 de abril de 2010

Invasión

Entró el malvado sin saber cómo, cuándo ni por qué.
Invadiendo sin piedad, en la oscuridad.
Comenzó inmediatamente con su misión destructiva.
Ella yacía en la cama padeciendo las maldades del intruso.
Su padecer se reflejaba en su rostro: color ceniciento,
ojos entre cerrados, cabello pringado.
Entregada al maldito que le quitaba toda voluntad.
Fue entonces cuando comenzaron un ataque por todos los flancos.
Siete largos días pasaron, la estrategia dio resultado.
El médico destruyó definitivamente al maldito microbio.
Hay millones por el mundo pero ése que le hizo padecer gripe,
¡Ya no vive más!

lunes, 19 de abril de 2010

La Farolera-Ronda. Reflexiones

A continuación una de las rondas que cantabamos las niñas:
La farolera tropezó, por la calle se cayó,
al pasar por un cuartel se enamoró de un Coronel.
Abran las barreras para que pase la farolera
Que dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho
y ocho dieciséis; ocho veinticuatro y ocho treinta y dos.
Ánima bendita me arrodillo en vos.
Yo también la cantaba por eso me puse a pensar en la farolera.
Supongo que debe haber sido una hermosa mujer, con una alegría que contagiaba hasta al más serio de los pobladores.
Nadie sabía su nombre, simplemente la llamaban La Farolera.
Me pregunto si vendía fafoles, no lo creo, nunca los ofreció. Pudo haberse dedicado a limpiar los faroles de la época mm.....no tenía aspecto de trabajadora.
Dice la canción que un día tropezó en la calle, debe haber estado bailando y saltando como acostumbraba cuando escuchaba música.
Un día pasó por un cuartel, donde los soldados cumplían con su fajina.
En ese momento salía el Coronel y quedó prendado de ella.
A la Farolera se le paralizó el corazón de emoción al ver semejante hombre contemplándola y se enamoró perdidamente.
Cada vez que llegaba al cuartel alzaban las barreras sin preguntas indiscretas.
Su relación con el Coronel fue apasionada y recordada por años y años por todas las niñas que cantábamos la ronda.
Pero...¿qué cuentan después cuando dicen que dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis seis y dos son ocho , ocho y ocho dieciséis...Etc.
Acaso la famosa farolera no le fue fiel al Coronel?.
Qué falta habrá cometido para tener la necesidad de arrodillarse ante un Ánima Bendita?

domingo, 18 de abril de 2010

martes, 13 de abril de 2010

Consecuencias de la curiosidad

Soy elegante, erguido, con una leve inclinación por la comodidad, poseo dientes fuertes y grandes, me consideran necesario, útil, capaz, generalmente estoy limpio y mi brillo es natural.
Siempre estoy quieto, no me muevo por sí solo, estoy tranquilo en mi lugar, hasta que me hacen trabajar.
Desde hace un tiempo me sentía especialmente observado por alguien que por más que se exigía no lograba acercarse a mí.
Un desafortunado día, aquel que no me quitaba los ojos de encima, me tomó con fuerza e inmediatamente me introdujo en una cavidad.
No fue mi intención, se los aseguro, pero mis dientes que son tan prominentes pincharon el delicado costado.
Escuché un terrible grito de dolor, es que la curiosidad a veces hace daño, se armó un gran caos, todos los habitantes de la casa corrieron, rodearon al curioso, fui arrojado e insultado como si fuera mi culpa.

Señores: si hay algún culpable ese no soy yo, nada podía hacer, soy simplemente un utensilio, soy un TENEDOR.

Foto by Nelly



sábado, 3 de abril de 2010

CHAPOTEANDO


Pies descalzos, zapatillas rotas, el viejo cajón era un auto, una moto o una casita, la muñeca rota un bebé para acunar.
Así jugaban, con todo que poseían, disfrutaban de cada cosa porque representaban objetos y lugares soñados.
El día oscureció, no corrieron a resguardarse, no sabían de alertas meteorológicos que anunciaban tormentas o caída de granizo.
Solamente se inquietaban ante la oscuridad que se avecinaba.
Comenzó a llover, abandonaron todo lo que hasta ese momento les divertía.
Entonces, la lluvia, los charcos y el barro les dio nuevas energías, inventaron un sinfín de juegos, retozaban felices entre risas y volteretas.
La lluvia agradecida, golpeaba suavemente sus rostros risueños y sus cuerpos con escasa ropa, mientras, los niños no cesaban de crear juegos que se renovaban a cada instante.
Después, los nubarrones se alejaron, otra vez el cielo se vio celeste, el sol comenzó a brillar y dejaron de chapotear.
El juego terminó, las caritas quedaron limpias de tanta agua y los pies negros de barro.
Volvieron a su mundo de objetos inventados creando otra vez, con sus cosas, nuevas emociones.

viernes, 2 de abril de 2010

Día de lluvvia




El campo y la ciudad contentos,
Llueve…. son gotas que caen suavemente.
Mojan, divierten, riegan.
Yo las miro…. caen mansamente
Y de repente, se produce un chaparrón
Que paraliza el corazón.
Foto By Lu3hr (Tito)

jueves, 1 de abril de 2010

PERMANECER


Homenaje al eucalipto de nuestro patio (foto por Nelly)

Permanecer
¡Si me hubieran visto antes! ya no soy el que era, orgulloso, útil, medía veinticuatro metros! Pero ahora, como pueden apreciar en la foto, estoy triste, mutilado y mucho más pequeño. Gran culpa la tiene el viento.
Alguna vez fui un árbol joven, mi tronco era recto, la corteza gruesa y rugosa, las personas admiraban la
frondosa copa que mostraba con orgullo mis tallos, mis ramas mis hojas alargadas como medialunas que colgaban de mí.

Aún sigo necesitando como antes dos personas para abrazarme.
Ya tengo 102 años, pero mantengo mis brazos como siempre, extendidos hacia el cielo. Con ellos no pudieron.
Ah! me olvidaba de decirles, soy un eucalipto, vivo en el patio de atrás de la casa que considero mi hogar y ahora, no mido más de diez metros.
He tenido una buena vida no me puedo quejar, siempre mirando hacia el techo del TALLER. Allí alguna vez, me sembraron y crecí, por eso, más allá de lo que me hicieron las personas, no les guardo rencor tengo en mi memoria infinitas historias. Contribuí a alegrías de la familia y amigos, cuántas reuniones, lecturas y asados bajo mi sombra. Seguramente me consideraban indispensable por eso me cuidaban.
Un día sucedió algo terrible, yo no tuve la culpa, sopló un fuerte viento, no pude con tanto movimiento sostener mi follaje y se quebró una rama muy gruesa que cayó aplastando parte del techado. Allí empezó mi calvario, sentí que no me querían más, nadie se sentaba bajo mi sombra ¡me tenían miedo!
Pasó un tiempo y tomaron una decisión: secar mis raíces para voltearme, trozar mis partes y eliminarme.
Lo primero lo lograron, mi follaje se secó y me fui descascarando.
Pero no pudieron con la mayor parte de mí, permanecí de pie porque crecí con una poderosa raíz y no pudieron voltearme.
Sigo con mis brazos hacia el cielo, desnudos pero fuertes, clavan sobre mi tronco lo que se les ocurre pero no me molesta, seguiré escuchando el trinar de los pájaros, agradecido porque me permiten permanecer.
Ya no me temen, al contrario, respetan mi fortaleza.