lunes, 26 de julio de 2010

Historia del Osito Gordi

Historia del Osito Gordi

Había una vez un osito que le decían Gordi, vivía en la repisa de juguetes de su dueña, una nena llamada Delfina.

Un día sucedió una tragedia: osito Gordi jugando perdió un ojito, desde entonces Delfina prefirió a otros juguetes y no a él.

Gordi desde su lugar, triste y abandonado pensaba: “ ya sé que me falta un ojo que era azul y gracioso, pero eso no quita que pueda entretener a mi amiguita”.

Hacía tiempo que nadie jugaba con el pobre osito, es por eso que con mucha razón estaba aburrido de ver siempre lo mismo: el techo de la habitación.

Cierto día, cuando se dio cuenta que podía hacer muchas cosas si se lo proponía, tomó una decisión.

Como tenía buenas piernas se puso a bailar ¡lo hacía de lo mejor! Pero nadie lo miró.

También cantaba muy bien, entonces se puso a cantar. Nadie lo escuchó.

Además era capaz de saltar hasta casi volar. Saltó. Nadie ni un vistazo le dio.

Desconsolado, decidió solo mirar cómo jugaban los demás y pasar el tiempo aburrido, sentado en un rincón de la repisa.

Un día sucedió un hecho inolvidable y afortunado para Gordi.

El dueño de casa se puso a pintar las paredes con tan mala suerte para él, que cuando estaba en lo alto de la escalera, el tarro de pintura de color azul se enganchó en la manga de la camisa, la pintura se derramó de una manera tan sorprendente que te aseguro, no es un invento, al osito solo le pintó una partecita de su cara, justamente donde le faltaba el ojo.

Y allí quedó el color. Te parecerá extraño pero desde entonces es el oso más feliz que puedas imaginar porque otra vez osito Gordi lucía sus ojos redondos y brillantes, también se tornó tibio y cariñoso para calentar la cama de su amiguita cuando por las noches dormía abrazada a su juguete.

Si tienes un osito y lo miras bien, seguro verás que un ojo te va a guiñar, si con él te pones a jugar.

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