sábado, 18 de septiembre de 2010

Para más adelante


Los sueños se cumplen, aunque sea después de mucho tiempo.
Como todo lo que quiero hacer supera mis tiempos, pienso que el día que me muera voy a reencarnarme en una mujer con coraje, sin temor ni vergüenzas y me animaré a hacer muchas cosas que no hago o dejé de hacer por timidez.
Mientras tanto estoy aquí, dejando para después, cuando me “vaya y regrese”, lo que no hago ahora. Seré actriz, bailarina y escritora,
¿Por qué tan variadas mis aspiraciones?. Muy simple. Porque a medida que disminuyan las posibilidades de mi cuerpo me dedicaré a lo que me permita hacer cada etapa de mi futura vida, la reencarnada”.
Es posible que no demasiado tiempo pueda bailar y actuar, entonces escribiré; cuando mis ojos no vean más, grabaré mis relatos y cuando pierda la voz mi imaginación me llevaré adonde quiera estar.

martes, 14 de septiembre de 2010

Vida de perro

Vida de perro
Me llamaban Seigor, era completamente negro y peludo, como no me veían en la oscuridad de la noche, podía quedarme en algunos de esos lindos lugares que me eran prohibidos.
Fui bastante obediente, no siempre, claro.
A veces quería quedarme en la vereda y correr de esquina a esquina, pero no me dejaban, tampoco debía hacer mis necesidades frente a las casas de los vecinos, yo solo pretendía que supieran que aquel era mi territorio.
¡Cómo me gustaba estar debajo del perchero de la casa! desde allí podía verlos a todos, estaba calentito en invierno y fresco en verano, sólo me sacaban a escobazos, no porque me pegaran sino que me empujaban mientras yo me ponía bien pesado y no me podían mover. A veces les ganaba y de lástima o impotencia me dejaban.
Tenía la mala suerte que se me caía el pelo por más que me cepillaban y me cuidaban, eso los enojaba mucho, también el olor a perro, parecía que no sabían que mi aroma era natural ¡A veces los humanos son tan ignorantes!.
Me acostumbré a la fuerza a comer “eso” en trocitos duro y seco, no me quedaba otra elección, se les ocurrió no darme más la comida preparada y sabrosa sobre todo la carne. Pero siempre trataba de darles el gusto y comía lo que me daban.
Los últimos tiempos de mi vida fueron horribles, quedé ciego, me dolía todo el cuerpo, no me dejaban salir a la vereda, ni entrar a la casa por la caída de mis pelos, además hacía mis necesidades en cualquier lugar y eso los enfurecía como si tuviera culpa.
Muchas veces escuché _¡fuera Seigor!_ agachaba la cabeza y me iba a la cucha. Comprendía que algo estaba sucediendo conmigo.
Todo ese tiempo triste terminó, ahora estoy descansando, no tengo dolores y voy adonde quiero.
Creo que dejé un buen recuerdo perruno de mi paso por la tierra, como el que yo tengo de todos los que fueron…yo diría….. mi familia.
Puedo decir que viví muy contento.

domingo, 12 de septiembre de 2010




Yo, Bebé


Un 6 de septiembre del 2009, siendo más de las 9 de la mañana, llegó el momento de dejar aquel nidito tan confortable que era la panza de mi mamá.

Nacer no es fácil para nadie, pero había llegado el momento de mi nacimiento.

La que más trabajó fue mi mamá, al fin ¡Vine al mundo con toda felicidad!.

Inmediatamente me tuvo en sus brazos alguien que sería muy especial y tan imprescindible como mamá, alguien a quien amaría con todo mi corazón, era papá.

Cuando estaba en la panza yo podía comunicarme con ellos, daba pataditas y giraba para que supieran que estaba muy bien.

Después de nacer, estuve en brazos en cuna o en la cama.

¡Siento tanto placer cuando me tienen upa y me llenan de besos y mimos que son tan necesarios para mí! Parecen adivinos, entienden todo lo que quiero y necesito.

Aprendí cantidad cosas en menos de un año de vida que estoy seguro, ningún adulto podría hacerlo en tan poco tiempo.

Abrí mis ojos… comencé a escuchar sonidos desconocidos….me vestían y desvestían… me higienizaban.. un montón de cosas que antes no eran necesario, todo me lo brindaba mi mamá.

Me fui acostumbrando a otras voces, aprendí a succionar, bueno, lo hacía desde el vientre de mamá pero después fue distinto. Me di cuenta que aquello me servía para no tener esa extraña sensación de hambre que desconocía.

Comencé a saber lo que era a sentir extrañas molestias en mi pancita, enseguida me daban algo que me quitaba esos dolorcitosLas noches no me gustaban mucho, había oscuridad y silencio, yo lloraba, era el único modo de decirles que estaba allí, me alimentaban y después me dormía otra vez.

El tiempo pasa aceleradamente, después aprendí a mirar mi mundo desde la posición de sentado, todo un logro, a veces con ayuda de almohadones y me rodeaban de juguetes que yo llevaba a la boca, y lo sigo haciendo, para sentirlos y saber cómo son.

Puedo emitir sonidos que les encanta a los que me escuchan, con facilidad digo ma ma ma pa pa pa ajjj, brrrrr…. sonrío y me río cuando algo o alguien me gusta o me divierte. También doy besitos, a mi manera, claro, muevo mis manitos y hasta puedo saludar.

Soy una personita que crece y crece muy feliz y amado por todos.

Ahora puedo pararme, no solo todavía, sino con ayuda, pero me mantengo de pie, erguido y contento mirando lo que me rodea, todo me divierte ¡hay tantas cosas para ver y tocar!

También puedo dar pasitos, es bastante complicado eso de adelantar un pie y después el otro para avanzar, pero lo hago, me faltan 20 día para tener un año. Y para entonces quiero caminar solo.

Es difícil esto de tener once meses y estar en un mundo tan grande, conocerlo y adaptarme a él.

Además debo conformarme con todo ese tiempo en el que no estoy con mis grandes amores que son mi mamá y mi papá, ellos tienen que trabajar, pero por suerte estoy al cuidado de mis abuelos y bisabuelos. ¡Me aman tanto! sé que estoy protegido y que mis padres, ansiosos, me vienen a buscar porque tienen tantas ganas como yo de tenerme en sus brazos.

¡No veo la hora que llegue el momento de saber hablar!

¡Tengo tanto por decir!