sábado, 5 de junio de 2010

Evocaciones






Los olores me traen recuerdos y me transportan a tiempos vividos. Eso me pasa a mí.
Era un hermoso atardecer, caminaba por la vereda angosta que lleva a mi casa. Pasaba por una casa sin jardín y con la ventana abierta, yo pensaba… “qué preparo para la cena?
Entonces me asusté y cuento por qué: Inmediatamente retrocedí en el tiempo…con un aroma a Potaje... ¿No sabes lo que es el potaje?, es una comida riquísima que hacia mi abuela con garbanzos verduras y no sé qué más (no soy buena cocinera).
Siempre con los aromas puedo cerrar los ojos y al oler “ver y sentir”:
El perfume a flores de la ropa de mi mamá, era delicioso.
La crema que usaba mi abuela en su rostro. Fuerte, no me gustaba, de lejos sabía que estaba poniéndose crema.
El olor a humedad de la pieza del fondo, allí guardaban lo que llamaban “cachivaches”, era emocionante estar ahí.
El frito de los Pestiños, yo comía muchos y me caían mal.
El olor del puchero de gallina ajjj!...nunca comí gallina. Encima la degollaban en el patio a la pobre.
El habano del abuelo, fumaba, leía y conversaba “cosas de grandes”, yo me aburría porque no entendía.
Y así tantos episodios que los respiro como aquel olor a cera en los pisos de madera.
Y aquí paro porque si a alguien se le ocurre leer esto va a pensar que mi cabeza no funciona bien. Perdón, son los recuerdos, creo que no debemos olvidar nuestra infancia y juventud buena o no tanto, pero nuestra.